El campo de visión del ser humano considerando ambos ojos se extiende solamente por 91.5°, solo siendo capaz de ver lo que tiene enfrente de si mismo, alcanzando los 180° solamente si gira la cabeza a ambos lados para ver lo que le rodea. Esto en si no considera un problema o deficiencia, pero compárese el campo visual del humano con el de un animal como el águila, que gracias a órganos especiales en sus ojos es capaz de alcanzar una visión de hasta 340°, mas del triple de lo que alcanza el humano promedio.
Desde las propuestas del transhumanismo de mejorar al ser humano con tecnología, específicamente en ampliar sus capacidades ya existentes, se comprende esta limitación del campo visual como una oportunidad de ampliar el espacio en el que el humano es capaz de ver o sentir su entorno a mayores horizontes
En base a la oportunidad anteriormente mencionada, se propone la implementación de un implante que permita a la persona quien lo tenga poder ampliar su campo de visión mas allá de los 180° grados comúnmente alcanzados. Este implante se ubicaría en la cabeza del individuo, siendo removible en ciertos momentos del día (momentos de quietud o reposo, al dormir, al ducharse, entre otras). La tecnología integrada en el mismo permitiría al usuario ampliar su visión o percepción del entorno mediante sensores (de proximidad, ultra sonido u otro) cuya actividad estaría conectada a un componente que vibre o emita un sonido según el monitoreo que este haga de lo que este a su alcance, en este caso la zona de la nuca o parte trasera de la cabeza del usuario. En aspectos formales del implante se propone una apariencia como las coronas de hojas griegas, comúnmente ligadas a la divinidad o los dioses, quienes “lo ven todo”, objetivo al que aspira el proyecto.